viernes, 6 de agosto de 2010

Diagnóstico: lupus

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Mi lado oscuro se acciona. Se remueve, despierta poco a poco, lentamente, sin prisa aventa el aire siguiendo el olor que lo ha reanimado, toma el mando y yo me tengo que ir. Desaparezco a medida que él avanza. Creo, siento que es un lobo o algo parecido. Sí, tiene lógica.

De la Wikipedia:
La licantropía es la habilidad o poder que tiene un ser humano para transformarse en lobo o en licántropo. El término «licantropía» viene del griego antiguo lykánthropos (λυκάνθρωπος): λύκος, lýkos ('lobo') + άνθρωπος, ánthrōpos ('hombre'). La palabra también se puede utilizar para referirse al acto de transformar a otro humano en lobo.

La etimología del folclore también conecta la palabra a Licaón, un rey de Arcadia, quien, de acuerdo al poema Metamorfosis de Ovidio, fue convertido en un lobo rabioso como retribución por intentar servir carne humana, la de su propio hijo, en la visita a Zeus en un intento por refutar o desaprobar la divinidad del dios.

También hay una enfermedad mental llamada licantropía, en la cual el paciente cree que es o que se ha transformado en un animal y se comporta de acuerdo a ello. Muchas veces se refiere al tema como «licantropía clínica» para distinguirse del uso de «licantropía mitológica».


(No estoy segura de en cuál de los tres apartados debo incluirme).

Ha salido la luna. Es por eso, supongo. Puede oler la luna antes de verla, sabe que ha llegado su momento. Se relame mostrando todos los dientes. Mi yo humano se sumerge y entonces siento que tengo la rabia, que necesito morder, despedazar, abrir y desgarrar los vacíos a dentelladas, devorar la distancia que me separa de esa esfera blanca que me vuelve loca, que hace que mis entrañas hiervan y que va a conseguir que pierda el control definitivamente. Sé que la transformación va a doler, duele de la hostia, así que lucho por mantenerlo a raya.

Por detrás de mis ojos asoma mi hambriento lobo, pero no le permito sobrepasar el umbral. No me gusta, no quiero que me domine ni aun temporalmente. Aún no me domina del todo. Se debate quejándose como un perro, tira secos mordiscos al aire, gruñe de ira y da vueltas desesperado dentro de su jaula porque necesita salir y comer. Quizás algún día ya no pueda con él y, simplemente, dejaré de luchar y me convertiré en lobo por unas horas, y cuando termine el trance descubriré por la sangre que me cubre que he hecho algo que no debía y me sentiré culpable por saltarme las reglas, y pensaré que lo mejor es que la próxima vez alguien me encierre o me ate hasta que el plenilunio acabe. Algún voluntario? Por ahora no puedo permitir que me venza, así que renuevo fuerzas y mantengo el pulso, esperando que al final la bestia se agote y vuelva a dormir.

Pero no te confíes… porque si te miro fijamente o abro la boca lo suficiente, podrás verlo allá abajo, unos ojos amarillos y brillantes acechando ávidos tras los barrotes, listo para saltar y devorarte en cuanto me descuide…

Y yo que lo que quería era ser un vampiro… qué movida.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Aliens cercanos

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No sé por qué los de jólibud se estrujan tanto el seso y se gastan el pastuzo en diseñar alienacos. Si están aquí mismo...



Lo que me gusta a mí este tema y no había visto nunca el vídeo, qué cosas... Después de haber estado allí todo es mejor.

Movidilla...