En la mitología griega, Tánatos era la personificación de la muerte no violenta. Su roce era suave, como el de su hermano gemelo Hipnos, el sueño.
Hoy ha tocado ir al tanatorio. Nadie cercano, pero allá que vamos. Sé que no es lo más agradable, pero no tengo mayor problema con esos luctuosos asuntos: si hay que ir, se va. No me incomoda ni el lugar, ni los silencios, ni las lágrimas... Sólo hay que estar, acompañar, no me siento obligada a hacer nada especial.

Y, hablando de pelis, cuidado con la chatarra espacial sobre nuestras cabezas: titular en La Sexta (ese gran noticiero-show): EEUU juega esta noche con uno de sus aparatitos. Se refería a lo de que van a tirar un par de torpeditos espaciales para destruir un satélite descontrolado, idea claramente extraída de la peli Armaggedon. Vamos a poner la BSO, que esa sí que mola.
Qué peaso de boca tiene el señor Tyler, por dios, y no lo digo en el sentido erótico. Nunca deja de asombrarme. Estoy convencida de que ganaría el Guiness por la boca más grande del mundo y parte del universo.
Qué movida...
2 comentarios:
Abuela! si que es raruna la vida, tan raruna qeu hasta Daniel San ha cumplido la friolera de 46 años! Qué rápido pasa el tiempo!Disfrutad de cada día. No somos nadie...
Qué razón tienes, abuela...
46 tacazos tiene el Daniel san ya, ni más ni menos, y tanto éxito de cani y ahora está acabado, el pobre. Por cierto, que el señor Miyagi ya se murió también...
Realmente no somos nadie.
Gracias,
Miss Misi
Publicar un comentario