jueves, 31 de diciembre de 2009

Yo estoy OK, tú estás OK

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Balance del año:

-Conocí Londres, Santander, Barcelona, Patones (pues me tocas los…) y Lanzarote.
-Me echaron del trabajo.
-Conseguí al chico que quería después de casi 20 años.
-Algunos amigos se fueron y llegaron otros nuevos.
-Enterré (demasiado pronto) a mi ídolo musical.
-Estuve seis o siete meses sin trabajar.
-Vi dos veces Atrapado en el tiempo.
-Volví a bailar.
-Aprendí a jugar a Magic.
-Cambié de profesión.
-Hice cosas de adolescente siendo adulta (cómo mola ser mayor a veces, ji).
-Devolví varias deudas kármicas importantes.
-Me gasté más pasta que en toda mi vida.
-Me hice pasar por asistente personal de un actor y participé en un musical.
-Convertí mi casa en un hogar con una pequeña familia compuesta por un lobo, dos gatos y yo.
-Aprendí a hacer brownie.
-Redecoré mi vida.
-Pedí y se me concedió.
-Me encontré después de haber estado completamente perdida.

Ni tan mal, no?
El mejor año que recuerdo en muuuucho tiempo.
Qué movida!



Por cierto... feliz año nuevo!

viernes, 18 de diciembre de 2009

El olvido (o tal día hizo un año, como dice mi madre)


De repente, me doy cuenta de que lo he olvidado todo.

Una tarde cualquiera, estoy en mi sillón, calentita con mis gatos y mi manta, escuchando jazz, mientras leo el libro que escribió un amigo, y de repente me doy cuenta que que lo he olvidado todo. De que ya no importa, de que no existe, de que no puede hacerme daño.

((La sensación, que ha durado microsegundos, es como de estar sumergida en una piscina, en el mar, mirando hacia la luz, hacia arriba, hacia el cielo. (Por un momento soy consciente de que puedo verme reflejada en el reverso de la superficie, soy Alicia a punto de atravesar el espejo). Dar una última brazada fuerte, casi desesperada, dolorosa, para poder salir al exterior (al final parece que sí que había vuelta, que sí iba a poder volver a respirar after all) con los ojos abiertos y llenos de agua, inundados como de lágrimas. Justo antes de que la tensión superficial se rompa, cierro los ojos y me preparo para recibir el ansiado aire en mis pulmones. Abro la delgada superficie con la nariz, ya estoy en el mundo, abro la boca y respiro enorme, sólo necesito respirar una vez para salvarme. Lo demás no importa.))

Por un momento me sorprendo. Se fue, ha terminado. Una sonrisa como el sol se acerca. “Amor, tenemos que hacer el brownie para esta noche”. Un beso. Toda la casa huele a chocolate. Estoy salvada. Fin.



(running through the monsoon
beyond the world
to the end of time
where the rain won’t hurt
fighting the storm
into the blue
and when i lose myself
i’ll think of you
together we’ll be running somewhere new
and nothing can hold me back from you
through the monsoon
through the monsoon
just me and you
through the monsoon
just me and you
)

(Qué movida, siempre me encantaron los tíos con los ojos pintados.)

jueves, 3 de diciembre de 2009

Realidades paralelas II (las cosas son como yo digo y punto pelota)


Qué curiosa es la percepción personal de la realidad.

Realidad (del latín realitas y éste de res, «cosas») significa en el uso común «todo lo que existe». De un modo más preciso, el término incluye todo lo que es, sea o no perceptible, accesible o entendible por la ciencia y la filosofía o cualquier otro sistema de análisis.

Existen dos tipos de realidades, a saber: la realidad general, que es conformada por grupos de poder, estos son quienes dictaminan lo que es en el mundo real. Por otra parte existe la realidad subjetiva que es la que se genera desde la mente del individuo.

Y esta última es la que me tiene comida la moral últimamente. Uno se cree que lo que ve, oye y siente es lo real, pero… es realmente así?



Lo pienso mucho al darme cuenta de lo distintas que resultan las versiones de una misma historia contadas por cada parte implicada. Pueden llegar a ser absurdamente distintas, o sea, que cada uno ha vivido una historia tan completamente diferente dentro de una misma situación, que el entendimiento roza lo imposible. A veces ocurre, sí. Yo no pensaba que me pudiera pasar a mí, estaba convencida de que hablando se podía resolver prácticamente todo, pero resulta que no es así. Cuando cada uno habla tomando como punto de partida una base completamente diferente y errónea para la otra parte, las probabilidades de empatizar con el razonamiento del otro son casi nulas.

Y poco más.
Que sí, que estas cosas pasan.



Vamos, y que es una movida quetecagas.