miércoles, 19 de enero de 2011

Conexión

.


Ya sé que dije en el anterior post que en el siguiente colgaría esas joyitas de versiones que tengo guardadas, perooooo... ejque he encontrado esto y jooooder, no he podido evitarlo.

Una neuróloga que se dedica en cuerpo y alma a estudiar el cerebro narra su propia experiencia con un derrame cerebral. Pero ofú cómo lo cuenta, esto sí que es contar bien las cosas, me ha parecido fascinante (mierda, lo cuenta tan bien que hace que en mi mente surja un deseo que prefiero que se quede ahí bien profundo y que no termine de expresarse, no sea que se vaya a cumplir y la caguemos, que ésta lo cuenta muy chulo pero lo de después no mola un pelito). Son 20 minutos de vídeo pero de verdad que merece la pena.



Yo... yo no necesito un derrame cerebral para entender lo que dice. Sí, lo entiendo y lo comparto, puedo sentir esa conexión elevada de la que habla porque en alguna parte de mi ser esto ocurre, mis células creen en ello y tienden a ello, pero es tan abstracto, tan difícil... Y también sé que la dificultad soy yo misma, como dice ella... De vez en cuando intento practicarlo, elijo conectarme a ese lado en donde se ve todo, absolutamente todo, porque es un consuelo tan grande sentir que formas parte de ese todo...

Vale, se nota que la buena señora hace tai-chi, cree en movidas y ha debido tener una adolescencia algo ajetreada y psicodélica, pero... menudo viaje, qué movidaaaa!




(Mi adolescencia, tampoco he podido evitar colar esto, jurjur)

Por cierto, que he vuelto a Bikram y me he dado cuenta de que al final voy a tener que hacerle caso al sr. Punset, porque aunque me joda admitirlo parece que sí que soy un ser genéticamente superior. Qué movida, eh? ;-)

martes, 11 de enero de 2011

Versiones IV

.


Otro de versiones que superan a los originales. ((Hoy seré breve y sin sentimentalismos, después de mucho tiempo, jurjur)).

El último descubrimiento. Mencanta y mencanta. El original es un coñazo, te lo digo.



Este no es nuevo pero me parece buenisísimo.



Y tengo uno de los Kiss que dudo si colgar aquí porque no es exactamente una versión, no sé si encaja con esto, pero es tan... tan.. genial, que tengo que ponerlo...
Mmmm.. Náh, qué va, ese se merece una percha propia, no se pierdan el próximo episodio de "Vida raruna".

Jiji, qué movida.

sábado, 8 de enero de 2011

La boa cerrada

.

Las navidades han terminado. Y no, al final no fue tan terrible. Tuve mis momentos, pero curiosamente no fueron los que esperaba…

(Esto lo he sacado de la Wikipedia, pero estaba tan mal redactado que he tenido que reescribirlo, así que no va con enlace).
Las serpientes no pueden masticar el alimento, y en su lugar se tragan las presas enteras. Los dientes de una serpiente, que son afilados como agujas y dirigidos hacia el interior de la boca, sirven para retener la presa a que se le salga de su boca. A la hora de tragar, el maxilar y la mandíbula, que están sujetos al cráneo por ligamentos, logran separarse para acomodarse al tamaño de la presa. Así, una serpiente es capaz de tragarse una presa tres veces más grande que su propia cabeza y su diámetro. Otra razón de su capacidad para tragar es la carencia de huesos como el esternón para que la comida pueda pasar sin problemas por el esófago y por todo el cuerpo del reptil. Después de la ingestión, una serpiente se aletarga para cumplir el proceso digestivo. Esto se debe a que la serpiente necesita mucha energía para llevar a cabo con eficiencia la digestión, que puede durar días o meses, según el tamaño de la presa.

Me joden esas digestiones tan pesadas que duran días o meses, pero así funciona mi cabeza. Estoy trabajando en ello, busco un Almax para no tener que retorcerme tanto. Qué mierda ser yo.



Qué movida, aún no he escrito el balance del año, a ver si me animo. Y, por cierto, no me gusta que mis cosas huelan a otras personas.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Nightmare because Christmas (II)

.


Segunda parte de la paranoia del último post. He pensado un poco más, ver si mentero.

La movida es que tengo la sensación de que, si no hacemos un alto en el calendario alguna vez cada cierto tiempo, como por ejemplo para celebrar el cumpleaños o el cambio de año, es como si todo pasara seguido y todo igual, no te das cuenta de que el tiempo se escapa. Son como llamadas de atención, cuidado, el tiempo pasa y alégrate, puedes celebrarlo porque estás viva, pero estate atenta. Llega Nochevieja y te vistes de otra manera, cenas otras cosas a propósito, para que se note lo que estás haciendo, para que sea distinto de todos los otros días del año, porque es importante que un año se termine y que empiece otro, y también es importante estar acompañado ese día y cogese de la mano para cruzar… Es lo que hace la gente, pero algunos lo hacen porque es lo que hay que hacer, yo lo hago porque me gusta convertir esos días en puntos clave en los que parar un momento, mirar alrededor, reflexionar un poco y seguir adelante. Sí, eso se puede hacer cada día, pero muchas veces no tenemos tiempo, no nos acordamos. Son buenos momentos para ese ejercicio, por qué no.

Beh, imagino que va por ahí la cosa. No sé si se entiende bien desde vuestro lado.
Pero supongo que también tiene que ver con las costumbres, con que me asuste hacer algo diferente por si no me gusta. Y, reflexionando acerca del comentario que me dejó el urban filósofer number guan en el otro post… pues es verdad que seguro que de esta Nochevieja me voy a acordar de la que más, precisamente por salirme de la costumbre. No me queda más remedio que disfrutarla, no? :-)

Uf, qué movida, mañana ya es Nochebuena y qué mala leche tengo estos días, la josti. Si sólo necesito…



Pero la otra, la versión que me gusta, ya sabes.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Nightmare because Christmas

.


Hoy sólo quiero edredón, tele, gatos y galletas de chocolate. Toda la tarde y toda la noche. Hace un frio que se jode.

Pero tengo una cena y tengo que ir. Es una cena de navidad. Por una parte me apetece, por otra... pfffff, perezonaco de la muerte mortal. Ayer tuve ya una de estas y mañana tengo una comida. Dudo si llegaré viva a Nochebuena.

Esta navidad está resultando muy rara. Es porque que me faltan cosas. Me doy cuenta de lo importantes que son para mí los símbolos. Absurdamente importantes.

Para empezar, me falta el Sr. Lobo. Me resulta importante compartir estas fechas con la gente a la que quiero. Como no está, pues iré yo a verle, ergo pasaré la mitad de las fiestas fuera, lo que significa que no he decorado el hogar por cuestiones prácticas (sólo me faltaba volver y encontrame a SuperNinjaCat agonizando de una peritonitis de espumillón y a Gato Apestoso frito al pie del abeto con la guirnalda de lucecitas entre los dientes, vamos ya). Me entristece que no sea navidad en casa, pero no merece la pena colocarlo todo para sólo una semana, creo ((veremos si cualquier noche no me bajo al trastero y me pongo a montar luces y movidas, yo qué sé)). Además, este año no voy a celebrar la Nochevieja con la familia, como siempre, como vengo haciendo desde hace más de 30 años, sino que cuando crucemos de un año a otro estaré en un teatro viendo el chow de Michael Jackson por decimoquinta vez (lo juro, y eso si no me veo algún otro pase antes del 31), a unos 5 metros del Sr. Lobo subido en el escenario, supongo que ni siquiera podré tocarlo, pero al menos estaré allí… Va a ser tan raro… Es curioso, pero tengo miedo de sentirme sola esa noche, me asusta sentirme sola otra vez en una fecha señalada. Pero por qué es tan importante? Es un símbolo, y no sé por qué se me hace tan difícil ignorarlo.




The the feelin' that I feel is so good
He makes me feel so in lo-lo-lo-lo-love
If he only knew what he does to me
My man, my man, my baby...


Joder, y encima menuda sesioncita de tele me estoy sshupando: primero Polar Express y ahora Sleepless in Seattle, esto es un infierno ((mira, la escena final en el Empire State... ya me vale, ole mis pelotas...)).
Menos mal que me he comprado un esmalte de uñas que me va estupendo, porque vaya movida, te lo digo.

martes, 9 de noviembre de 2010

Si la vida es raruna, la muerte ni te cuento

.
Qué frágiles somos. Qué increíblemente delicada es la vida humana, y qué absolutamente impresionante es ver el cuerpo humano luchando por sobrevivir.

Y todo aquello que se ha atesorado durante la vida, qué? Adónde va todo eso? De qué sirve coleccionar experiencias y hacerse sabio si cuando lo eres ya toca morirse? A veces no da ni tiempo de atesorar nada... La vida es una escuela donde cada experiencia te enseña y te ayuda a crecer, a ser más fuerte. Vale, y luego? Supongo que es el viaje y compartirlo con otros lo que cuenta.

Porque si no, todo esto no tiene ningún puto sentido.



(((En el fondo no estoy de acuerdo con lo que digo, pero es que hay cosas que cabrean y dan mucho miedo. Es mi parte asustada la que piensa todo eso, creo)))

domingo, 26 de septiembre de 2010

Malos sentimientos (Stresss!!!!!! II)

.

En el amor desinteresado de un animal, en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón del que con frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del hombre natural.
Edgar Allan Poe

Me gustan los animales. De toda la vida, me gustan todos o casi todos. Creo que lo segundo que quise ser, después de la ocurrencia de la panadera, fue veterinaria, para poder entenderlos, salvarlos y cuidarlos. Ahora he empezado con la vacuna contra los gatos, porque me dan mucha alergia. Mi alergóloga no sabe que tengo dos, no lo entendería como muchas otras personas, y lo comprendo, por eso mejor no decírselo. En fin, que me gustan mucho los animales. Otro día hablaré de lo de las corridas de toros.

Pero.

Hay días en los que mataría al perro de la casa de enfrente. Tan agusto. Rápido y sin dolor, eso sí.

Es un bicho pequeño que ladra con unos grititos que me vuelven loca. Ya se ocupó la poli hace unos meses (“no son los primeros que nos llaman para esto, señora”), y durante un tiempo no le volvimos a oír. Pero ha vuelto. Es desesperante. El caso es que ahora no ladra todo el tiempo, como antes, y por eso no sé si la poli puede hacer algo, pero es que cuando empieza me rechinan hasta los dientes y odio los sentimientos que me genera, pero no puedo pensar en otra cosa.



Qué asunto más chungo, cojón. No sé.

Menuda movida.

viernes, 24 de septiembre de 2010

No puedor...

.


I can't help it if I wanted to
I wouldn't help it even if I could
I can't help it if I wanted to
I wouldn't help it, no...


De verdad no puedo evitarlo, se me sale solo... es como las horas o la lluvia, como estornudar, como el verde de la hierba: llegan, te invaden, no puedes hacer nada.



Sigo tu paso, acaricio tu pelo, respiro con tus sonidos, te saboreo en tus espacios vacíos.
No quiero perderme nada.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Destino?

.


(Retransmitiendo desde un McDonalds, me cago en Jazztel y en lo protegidas que están las compañías telefónicas, que como nadie les dice nada hacen lo que les sale del rrreverendo orrrrto)

Quién decía aquello de que la realidad que estamos viviendo aquí y ahora, en esta dimensión, es la perfecta, la única posible que podíamos vivir? Porque cuando las cosas están bien es fácil verlo así, pero cuando te pasan movidas chungas, pues no tanto… Tiene además eso que ver con el destino, con que nuestros actos estén o no previstos en alguna escaleta mística o cósmica? Ahí la cosa se enrevesa.

Y sin embargo creo que lo entiendo y que comulgo con la idea. Yo lo expreso más como que si una historia ha tenido que ser de una manera es por una razón que ahora no entiendo pero que ya se desvelará en su momento. No estoy segura de que sea lo mismo, porque mi planteamiento sí que implica que algo esté escrito, lo típico: si aquello hubiese pasado, yo no estaría haciendo esto ahora, ergo todo aquello estaba preparando esto. O quizá sea todo fruto de la coincidencia, quién sabe. Pienso bastante en todos estos cocederos filosófico-cerebrales porque me llama mucho la atención el tema del sino y el libre albedrío y esas cosas; pero al final no puede ser, intento afianzar mis teorías y es imposible, en realidad no sabemos nada.

En fin, que todo esto me sale porque la mayoría de las veces te encuentras en el lado de “no sé por qué está pasando esto pero a algún sitio ha de llevarme, ya se verá”, pero… hay momentos, momentos muy puntuales en los que justo te das cuenta de que estás en el otro lado y ves claramente cómo aquello te trajo hasta aquí y, simplemente, comprendes que todo está bien y que las cosas son como tienen que ser. Es la leche.



Qué movida, justo ahora me estoy acordando de que anoche soñé que hacía pan…

viernes, 6 de agosto de 2010

Diagnóstico: lupus

.


Mi lado oscuro se acciona. Se remueve, despierta poco a poco, lentamente, sin prisa aventa el aire siguiendo el olor que lo ha reanimado, toma el mando y yo me tengo que ir. Desaparezco a medida que él avanza. Creo, siento que es un lobo o algo parecido. Sí, tiene lógica.

De la Wikipedia:
La licantropía es la habilidad o poder que tiene un ser humano para transformarse en lobo o en licántropo. El término «licantropía» viene del griego antiguo lykánthropos (λυκάνθρωπος): λύκος, lýkos ('lobo') + άνθρωπος, ánthrōpos ('hombre'). La palabra también se puede utilizar para referirse al acto de transformar a otro humano en lobo.

La etimología del folclore también conecta la palabra a Licaón, un rey de Arcadia, quien, de acuerdo al poema Metamorfosis de Ovidio, fue convertido en un lobo rabioso como retribución por intentar servir carne humana, la de su propio hijo, en la visita a Zeus en un intento por refutar o desaprobar la divinidad del dios.

También hay una enfermedad mental llamada licantropía, en la cual el paciente cree que es o que se ha transformado en un animal y se comporta de acuerdo a ello. Muchas veces se refiere al tema como «licantropía clínica» para distinguirse del uso de «licantropía mitológica».


(No estoy segura de en cuál de los tres apartados debo incluirme).

Ha salido la luna. Es por eso, supongo. Puede oler la luna antes de verla, sabe que ha llegado su momento. Se relame mostrando todos los dientes. Mi yo humano se sumerge y entonces siento que tengo la rabia, que necesito morder, despedazar, abrir y desgarrar los vacíos a dentelladas, devorar la distancia que me separa de esa esfera blanca que me vuelve loca, que hace que mis entrañas hiervan y que va a conseguir que pierda el control definitivamente. Sé que la transformación va a doler, duele de la hostia, así que lucho por mantenerlo a raya.

Por detrás de mis ojos asoma mi hambriento lobo, pero no le permito sobrepasar el umbral. No me gusta, no quiero que me domine ni aun temporalmente. Aún no me domina del todo. Se debate quejándose como un perro, tira secos mordiscos al aire, gruñe de ira y da vueltas desesperado dentro de su jaula porque necesita salir y comer. Quizás algún día ya no pueda con él y, simplemente, dejaré de luchar y me convertiré en lobo por unas horas, y cuando termine el trance descubriré por la sangre que me cubre que he hecho algo que no debía y me sentiré culpable por saltarme las reglas, y pensaré que lo mejor es que la próxima vez alguien me encierre o me ate hasta que el plenilunio acabe. Algún voluntario? Por ahora no puedo permitir que me venza, así que renuevo fuerzas y mantengo el pulso, esperando que al final la bestia se agote y vuelva a dormir.

Pero no te confíes… porque si te miro fijamente o abro la boca lo suficiente, podrás verlo allá abajo, unos ojos amarillos y brillantes acechando ávidos tras los barrotes, listo para saltar y devorarte en cuanto me descuide…

Y yo que lo que quería era ser un vampiro… qué movida.