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miércoles, 28 de mayo de 2008

Datos, datos, datos...


Soy aficionada a los datos estadísticos. No es fácil saber cuándo creerlos y cuándo no pero, dada mi compulsión por el orden, en general me satisfacen las cosas metidas en listas y clasificadas.

Encontré la horma de mi zapato. Se trata de una página que incluye varios relojes que muestran estadísticas. En World Clock puedes ver en tiempo real datos sobre diferentes materias que se actualizan sin parar y que se refieren sobre todo a lo que la estamos cagando con el mundo y esas cosas: el crecimiento de la población mundial, los nacimientos y las muertes clasificadas por causas, matrimonios, divorcios y abortos, las especies que se extinguen y los bosques deforestados, la producción de coches, petróleo, bicicletas y ordenadores...

Todos hemos escuchado alguna vez los datos de estas materias, pero observar cómo aumentan (algunas muy, muy deprisa) delante de tus ojos impresiona. Se ve más claro si seleccionas el botón 'Now' (y tiene opción en spanish, por cierto).

Echa un vistazo:

www.poodwaddle.com/clocks2.htm

A mí se me va un poco de las manos.
Una cosa es el orden y las cosas clasificadas, pero esto... Uf, la cantidad de peña que nace en un minuto, la leche.

Qué movidote.

lunes, 26 de mayo de 2008

Mi Príncipe Encantador

He encontrado un par de webs de las de no me lo puedo creer.


La página 'Name your wang' (www.nameyourwang.com) dice que el 60% de la población masculina pone nombre a su pene, como si fuera un amigo. A través de la misma puedes registrar el nombre de tu miembro y obtener un certificado que lo acredite. Así tienes la posibilidad, por ejemplo, de incluirlo en tu legado y pasarlo de generación en generación (no se me ocurre ninguna otra utilidad). También dispone de un buscador de nombres para ayudarte si aún no tienes ninguno.

Pero si no quieres perder tu valioso tiempo buscando un nombre y prefieres emplearlo en moñadas, hay otra página supercojonuda: 'Blogthings', el auténtico generador automático de nombres de penes (www.blogthings.com/penisnamegenerator/). Y funciona de verdad, aunque el resultado no siempre se parece a lo que podrías esperar... Lo bueno es que lo puede hacer cualquiera (quiero decir que incluso si no tienes pene, eso no te lo preguntan).

Yo introduje mi nick y me asignó el nombre Shag Stick, que se puede traducir como "Palo del Polvo/de Joder" o, tomando la entrada de ornitología del diccionario, "Palo Cormorán Moñudo" (curioso, muy curioso...). Con mi nombre real el generador automático decició que mi supuesto órgano debía llamarse Prince Charming, o sea "Príncipe Encantador", así que ahora no sé con cuál quedarme. Yo creo que con la del cormorán moñudo; no sé, tiene algo diferente y me trae buenos recuerdos...


Probadlo, es un vicio poner nombres y ver los que asigna.

Raro, raro todo.


Nota curiosa: el corrector ortográfico de Blogger no reconoce la palabra Joder. Que lo sepas.

martes, 20 de mayo de 2008

La mentira (confesionario II)



Hace algún tiempo que trato de hacer un ejercicio de conciencia que nunca me sale. Cuando me levanto, me propongo contar todas las mentiras que digo al cabo del día. Chungo. Es como lo de las manías, que parece que no, pero empiezas y no paras. Al principio bien, pero luego me lío con lo de qué son mentiras y qué no y ya voy peor. Total, que para la hora de comer ya he perdido la cuenta.


He podido observar dos cosas:

1) Que el 95% de las mentiras que soy consciente que digo no son de las malas.
2) Que no me queda nada claro si soy una trolera o no.


Porque lo que sí soy es muy payasa, así que la mayoría de las cosas que digo son en broma, lo que significa que no son verdad, ergo son mentira. Dónde está el límite entre los diferentes tipos de engaño? Está complicada la cosa...


Hace poco alguien puso en mis manos un curioso libro titulado
Rarología, de Richard Wiseman, que dedica un extenso capítulo al estudio de la mentira. En él se sugiere que la mayoría de las personas dicen una media de dos mentiras gordas al cabo del día, y que una tercera parte de las conversaciones contiene alguna forma de embuste. Por otra parte, el 8 por ciento afirma no haber mentido nunca, algo que yo creo que es totalmente imposible, lo mires como lo mires. ¿Nunca en la vida mundial? Ni de coña.

Ese mismo estudio pide que traces una R en tu frente con el dedo (si tienes curiosidad hazlo ahora, antes de saber el resultado). Quienes colocan el rabo de la R hacia la derecha de su frente (de forma que puede ser leída por ellos mismos) en teoría suelen ser la misma persona en diferentes situaciones, se guían más por sus sentimientos internos y valores y le dan poca importancia al impacto que tienen sobre los demás, por lo que tienden a ser menos hábiles para engañar. Por el contrario, los que trazan el rabo hacia la izquierda (de forma que podría ser leída por alguien que esté delante) se supone que les parece importante cómo los ven quienes están a su alrededor, por lo que son más capaces de adaptar su conducta a la situación en la que se encuentran, tienen habilidad para manipular la forma en que otros los ven y, en consecuencia, se puede decir que son buenos mentirosos...


Pues sí, yo pinté el rabito hacia la izquierda, y qué. Confirmado. Mejor saberlo que andar engañada toda la vida, no?




Doy las gracias a John Trombón por desvelarme la verdad de mis trolas.
Jótér, luis, vaya movida...