viernes, 26 de junio de 2009

This is it

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Tú también te vas?
Normal, debes de estar hasta las bolas de todo...

Haces bien.
Me entristece profundamente (te llevas una parte de mi sombra y de mi nombre, que lo sepas), pero me alegro por ti. Espero que encuentres lo que buscas.

Es hora de dormir, niño grande. Entre todos te arropamos.





Simplemente gracias.

:-((((((((((((((((((

miércoles, 24 de junio de 2009

Mapa de lágrimas

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“Es tan misterioso el país de las lágrimas...”

El principito.
Antoine de Saint-Exupéry.


Vuelvo a estar conectada, conmigo y con el resto del mundo. Me siento, me reconozco, me estoy encontrando, puedo ser yo de nuevo. Vuelvo a andar el camino. Ergo, tengo la sensibilidad a flor de piel... no, lo siguiente. A flor de alma.

Lloro escuchando música.
Lloro conduciendo mi coche.
Lloro con las palabras y las voces.
Lloro con los ojos cerrados y sin darme cuenta.
Lloro con la gente.
Lloro con los reencuentros.
Lloro mientras me baño.
Lloro porque se haya ido el señor Ferrer, porque se hayan llevado al señor Puelles y por el dolor de su familia.
Lloro en la cama y en la calle.
Lloro viendo películas y anuncios, series y promos.
Lloro cuando me encuentro conmigo al doblar cualquier esquina.
Lloro de vértigo.

Lloré el viernes pasado con esto:


(El sonido es chungo, pero es lo que tienen las cosas entre amigos, que no pasa nada porque importan más otros aspectos. Aquí mis lágrimas están detrás de la cámara... Vaya berrinche más bueno).

Y el jueves anterior con esto:



Antes lloraba sólo por mi dolor y por mi miedo, así que ni tan mal, no?
Qué movida...

lunes, 22 de junio de 2009

El merecido descanso

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Ahora que ya puede descansar sólo un último favor, señor Ferrer: necesitamos más como usted, envíenos a alguien si es posible.

Gracias por todo.

viernes, 5 de junio de 2009

Expectativas (Confesionario V)

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Dice Jorge Bucay que una de las cosas que más infelices nos hacen en la vida son las expectativas. Es un gesto tan humano tener expectativas que cuando no se cumplen, y eso ocurre en un porcentaje bastante alto, llega la frustración, y la frustración es algo que hasta la llegada de Supernanny no se ha enseñado a manejar desde pequeños. O sea, una mierda. Nos pasamos la vida esperando cosas, pero la mayoría de las veces esas cosas no salen como queremos. Y ahora que lo sabes, cambia tu línea de pensamiento a este respecto y empieza a asumir que lo normal es que casi nada ocurra como tú imaginaste, hala. Ni siquiera sé si es posible llegar a la aceptación total de verdad, es muy rollo budista, lo del desapego y todo eso, que en teoría está fenomenal porque dejaríamos de sufrir, pero no veas si es jodido...

Yo mira que lo intento, pero reconozco que me sale regular.
Es una movida...

martes, 19 de mayo de 2009

Un minuto con Mario

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Es importante hacerlo

quiero que me relates
tu último optimismo
yo te ofrezco mi última
confianza

aunque sea un trueque
mínimo

debemos cotejarnos
estás sola
estoy solo
por algo somos prójimos

la soledad también
puede ser
una llama.



Millones de gracias, señor Benedetti, por haber pasado por esta vida y por habernos dejado tantos tesoros. Tenga usted un buen viaje, y que descanse.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Ciclotimia

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Vale, advierto que estoy con un síndrome de abstinencia del copón de la baraja, a ver qué me sale.

Desde aquí las cosas son algo distintas. No sé muy bien hasta qué punto el mono me empaña la vista o me eleva en la comprensión.
Empiezo a distinguir la realidad, lo básico y lo circunstancial, las cosas con las que cuento y las que al fin y al cabo nunca existieron, la enorme fragilidad del momento. Siento el peligro respirando a mi lado, como un lobo. Como cuando tu propio perro, el fiel amigo que ahora duerme a tus pies se vuelve loco y, un día, de repente, decide matarte a dentelladas. He llegado a llorar de miedo por la incertidumbre de mi felicidad. Lo percibo claramente y también veo las arenas movedizas en las que me muevo, a veces se convierten en una bola en el estómago. Es un contubernio que te cagas. Necesito respirar hondo y una dosis de prudencia, aunque sea pequeña, para no volverme loca como el perro.

Qué difícil es sólo aceptar las cosas como vienen.



Voy a ver si me agencio un paracaídas. No sé cuándo tendré que usarlo, pero lo voy a necesitar seguro. Qué movida.

viernes, 8 de mayo de 2009

Vida raruna

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Es un hecho que la vida es rara. Más rara que la hostia. Por lo menos para mí.
La gente siempre dice que es injusta, pero yo no lo creo. Escribí ya acerca de esto por aquí? Ni me acuerdo, si alguien lo sabe que lo diga y deje de leer ahora si quiere. Pues eso: que yo no creo que sea injusta. Injusta para quién? En base a qué? En qué momento? Nunca sabemos las consecuencias que un acontecimiento nos va a traer en el futuro, así que no podemos afirmar que sea injusto. Y, sobre todo, no preguntes por qué: no hay respuesta.

Aparte de tratar de disfrutarlo a tope, y a pesar de lo que he escrito sólo dos líneas más arriba, sigo preguntándome por qué me estará pasando todo esto. Hay ciertas cosas con las que yo suelo tener bastante la negra, pero cada vez que vuelvo a fracasar (fracasa otra vez, fracasa de nuevo, fracasa mejor) no puedo evitar chequearme y buscar la lección. Se me ocurre que si cada vez me sale mal puede ser por: A) siempre hago lo mismo, ergo siempre obtengo el mismo resultado. B) No sale bien porque no es lo que toca. C) Alguien se está descojonando a mi costa otra vez. Y quién coño lo sabe? Hay algo que tengo que aprender y como parece ser que lo no aprendo, pues no paso la pantalla.

Atiende, que menuda paja mental, eh? Últimamente estoy de un profundo que tengo a mi frivolidad flipando en colores, la pobre. Una movida.

Por cierto, aún no he decidido si estoy de acuerdo con lo de Madrid 2016 o no...

miércoles, 29 de abril de 2009

Whatever

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Todos lo sabemos todo o casi todo acerca de las drogas. Todos o casi todos las hemos probado. Qué absurdo resulta escribir sobre este asunto, nada nuevo he de decir.

Se te mete en el cuerpo, en la cabeza, en el alma y te atrapa, te transforma, como un viurs ataca directamente los centros de la voluntad, efectivamente te engancha, te amarra con cuerdas de acero, de pensamiento y de carne casi imposibles de romper. Todos sabemos que el exceso no lleva a buenos puertos. Dónde está el límite? Cuándo es demasiado? Convencida de que lo controlas, incluso pones un pie al otro lado, pero bien sabes que si cambias el peso de tu cuerpo hacia su terreno (el vacío?) caerás, estarás perdida. Hay veces que cruzas la linde sin darte cuenta. Y hay veces que lo haces a sabiendas. Lo ves, divisas claramente el peligro pendiendo de una pestaña, al borde de un labio, es tan oscuro, pero te sientes tan bien que nada importa. Cierras los ojos, saltas, te sumerges, buceas, sientes el vértigo, el subidón de adrenalina que te inyecta el no estar segura de si volverás a respirar. Y si luego no se puede volver?

Da igual.
Sólo un poco más. Aún queda lejos el precipicio, aún no quiero dejar de reír.



Es todo tan raro, tan bello...

miércoles, 22 de abril de 2009

A new day

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Llevo días pensando. Me pongo, venga, me pongo y lo escribo.

Mi vida ha vuelto a cambiar. Hace como tres semanas que alucino en medio de un sueño extraño en el que ocurren cosas casi imposibles a mi alrededor, cosas de esas con las que sólo fantaseas cuando cierras los ojos.

Es el asunto este de crisis=oportunidad. Se ha cerrado otra etapa de mi vida y todo ha vuelto a cambiar. Es esto el destino? No lo sé, pero en este momento puedo escuchar casi físicamente cómo los engranajes de mi vida se mueven y chirrían despacio porque están cambiando de dirección.
Me siento distinta, como si estuviera viviendo la vida de otra persona. Estoy contenta como no lo he estado en... en muchos meses, la verdad. Casi feliz. O feliz, sí, por qué no; aún recuerdo esa sensación que sale de dentro y sí, creo que es felicidad. Feliz, iluminada, hermosa, etérea, casi una diosa. Y todo aún sabiendo que las cosas que me pasan en este momento pueden llegar a volverse en mi contra de forma incluso peligrosa... pero qué coño, aquí y ahora, mañana no existe y quién sabe si estaré muerta. A tope de carpe dieeeeeem!!! Yiiiiiiii-haaaaa!!



Algo está pasando. Aún no sé qué es. Aún no tengo la perspectiva, pero esto es algo importante, seguro. Ya veremos qué.

La vida es taaaaassaaaan jodidamente rara...

miércoles, 8 de abril de 2009

A quemarropa


Supe que me iban a disparar cuando oí aquel desagradable sonido del amartillar del arma a mi espalda. Cerré los ojos. “Me cago en mi vida”, fue lo que me salió.

Me volví despacio para mirar al que me estaba apuntando. Me sorprendió descubrir quién era. Sonreía a modo de disculpa el enano aquel, menudo hijoputa.

Yo le miraba a los ojos. Hubo un momento en que los nervios se fueron y me sentí fuerte y serena. “Por qué yo?”, le pregunté varias veces. “Esto es así”, me dijo. Ya, claro. Me tenía cogida por las pelotas pero bien. La vida es esto, nena.


Disparó.

Con la adrenalina a tope casi no me di cuenta.

Salí de allí no sé cómo.


Lo siguiente que recuerdo es estar sujetándome las tripas como podía, rodeada de compañeros que me miraban como si me estuviera muriendo. A lo mejor me estaba muriendo, eché un vistazo rápido abajo y vi mucha sangre, pero lo tapé con fuerza y no miré más, vaya asco. Me preguntaban que qué había pasado, cómo había sido... Aquello empezaba a doler, joder, dolía como un puto demonio, qué coño. Apenas tenía fuerzas para mantenerme en pie pero tampoco quería que vieran el alcance de mi herida; contesté como pude, me temblaban las piernas, tenía dificultad para respirar y las palabras se me hacían bolas de tiza en la lengua, no podía pensar con claridad, casi no era capaz de sostener sus miradas. Hubo un momento de silencio. “No me miréis. Largaos a vuestras casas, ya todo está hecho”, les espeté con los ojos en el suelo y de una forma bastante desagradable, la verdad sea dicha.


Tenía mucha sed. Al parecer es lo que tiene estar desangrándose.

Mis compañeros, en lugar de marcharse a sus casas, me cogieron y me llevaron a que me dieran de beber. Algunos quisieron abrazarme para aliviar el dolor, no sé si el suyo o el mío, quizá ambos, pero yo seguía sosteniendo mis tripas y mi sangre con una mano e iba a poner perdido al que me abrazara, así que tenía que decirles “Sólo dame dos besos, sin tocar”. Y allí estábamos, igual que en un velorio de los que se celebran en mi familia, en los que cada uno hace lo que le sale; había lágrimas, risas, silencio, incredulidad, alivio, contención. Yo reía tratando de ocultar el dolor hasta donde podía, y aunque sé que no engañé a nadie al menos esperaba contribuir a no hacerlo más infernal. Me pareció que algunos de los ojos que me rodeaban eran como la sangre de mis tripas, y eso era suficiente. Joder, qué trago.


Ya han pasado varios días. No sé de dónde he sacado las fuerzas para seguir adelante pero lo he hecho, y aquí estoy, exiliada y sin embargo esperanzada. Me estoy curando poco a poco, y aunque sospecho que me va a quedar una fea cicatriz allí donde se rompió este cuerpecito, no me importa porque me servirá para no olvidar. Ahora sé que puedo conservar lo importante y desechar lo demás, así que ya no lo veo tan difícil. Ya ha pasado todo, ya no es tan dramático como lo pinto. Esto es el comienzo, no el fin. Sólo tengo la duda de si empezar comiéndome una hamburguesa o con un poco de rock&roll. Ya veré.


Qué movidoteeeeee!