Mostrando entradas con la etiqueta conciencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta conciencia. Mostrar todas las entradas

martes, 21 de octubre de 2008

Si eso ya eso...

.
No te creas que no me remuerde la conciencia, no.

Pero estoy perezosa y el impulso de escribir aquí se me ha bajado un poco, así es. Espero que vuelva, la verdad, porque me gusta este espacio y no querría abandonar tan pronto.

Se me ocurren muchos temas sobre los que decir mis tonterías habituales, pero cuando llega el momento de contarlos aquí, pierden interés y ya no me hacen sentir tan segura.

Además, todo hay que decirlo, estoy bastante atrapada por el puto Facebook, que luego no tiene tanto, pero no puedo dejar de conectarme para mirar qué hace y dice la gente. Vouyerismo y exhibicionismo fácil, cotilleo sin compromiso, intercambios públicos o anónimos a elegir, qué más se puede pedir....

En fin, ahí va uno divertido de animales, para no perder la costumbre.




Qué movida, eh?

martes, 5 de agosto de 2008

€€€€€€

.
Por aquí seguimos sin saber qué va a pasar con nuestros puestos de trabajo. Es un mal rollo, la verdad, porque con lo malas que están las cosas por ahí fuera, apetece super poco ponerse a buscar otra cosa. Pero claro, lo de la hipoteca, dar de comer al gato y esas cosas aburridas no dejan opción. A veces no mola ser mayor.

Cuando estaba en el instituto cogí periodismo como asignatura opcional. En una ocasión tuvimos que buscarnos un famoso y entrevistarle, y yo elegí a José María Gallego, de Gallego&Rey. Entre otras muchas cosas le pregunté que qué no haría por dinero; me respondió: "Muchas cosas. Muchísimas. Hacer cosas por dinero me parece repugnante." Toma ya. (Por cierto, me pusieron sobresaliente por el trabajo).


Hasta dónde serías capaz de llegar por ganar mucho dinero rápidamente? Pues a ver, es lo de siempre, dependería de las circunstancias... Por vicio no creo que hiciera muchas cosas (en principio), pero si, por ejemplo, me fueran a quitar la casa o el gato... Hay que verse en la situación, todo depende de la necesidad que se tenga.
En lo que no creo mucho (siempre hay excepciones, claro) es en los que dicen que no harían determinada cosa ni por todo el oro del mundo. Ya.
-Imagina que te quedas sin curro y en la calle, viene un flipao y te dice que te da lo que quieras si haces tal o cual.
Lo harías por, pongamos, 1.000 euros?
-Puaaaaj, ni de coña!

-Y por 10.000?

-Qué va.

-Y por 100.000?

-Uf, no.

-Diez millones de euros. Así, te los ponen encima de la mesa y sales con ellos en la mano.

-....


Es un juego divertido, porque por muy convencido que se esté del no, por lo menos un momento de duda sí que hay cuando llegas a ese punto.
Al final todos tenemos un precio. Es así de duro.

Bueno, pues eso, que a ver qué pasa por aquí.

Qué movida.

miércoles, 2 de julio de 2008

Quién soy?

Flipo con el asunto este de los transplantes de cerebro. No es moco de pavo, la cosa.


Así de repente, y sin contemplar los problemas médicos enchufacionales y de ensamblaje (aún insalvables, por cierto), desde un punto de vista más psicológico mí no me parece que sea viable, aunque si me miro desde fuera diciendo esto casi me veo vestida con ropajes medievales, nunca se sabe... También antes se pensaba que no se podía transplantar el corazón porque era donde residían el alma, los sentimientos y la conciencia, así que estamos parecido al implicarse una de las preguntas fundamentales del hombre: quién soy y qué es el yo? Y la movida pasa del nivel ético al filosófico.

La historia es, claro, que no se trata de transplantar un mero órgano, sino el yo entero, o sea que la cosa se da la vuelta: no te colocarían un seso nuevo, sino un cuerpo nuevo. Porque lo primero no tiene mucho sentido, implicaría necesariamente y no sé de qué manera borrar la memoria del anterior dueño para poder usar correctamente el nuevo soporte físico, y además tendría que aprender su actual vida. No, así sí que no lo veo, y surge la pregunta: el cuerpo al servicio del cerebro, o el cerebro al servicio del cuerpo? Son conceptos que van intrínsecamente unidos? Imagínate la movida, que te pase cualquier cosa y despertarte en otro cuerpo... En ese caso yo preferiría que al donante le pusieran mi cabeza entera, no sólo el seso, para no extrañar tanto...

Menuda comedura de tarro, anda que no da de sí para filosofar y decir chorradas.
Espero que las células madre intercedan por nosotros, porque vaya follón...

Raro, raro.