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jueves, 4 de septiembre de 2008

Gatoprofeno trometamol

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Parece probado que acariciar o jugar con un animal estimula la producción de endorfinas, reduciendo el estrés y la ansiedad.

Me encantan los animales. Una de las primeras profesiones que se me ocurrió ser fue veterinaria (lástima en lo que se queda una, insisto) y toda la vida he sentido envidia de las personas que trabajan en los zoos o los acuarios, siempre cerca de los bichos.

Y me flipa lo de las terapias con animales para ancianos, niños o personas enfermas, creo que dice mucho de la naturaleza básica del lugar común de donde venimos tanto ellos como nosotros el que la gente pueda mejorar sus afecciones y trastornos acariciando un perro, montando un caballo o nadando con delfines, algo esto último que siempre he querido hacer (por cierto, alguien sabe a qué huele un delfín? No sé por qué me produce tanta curiosidad, pero el año pasado, en el Oceanogràfic de Valencia se lo pregunté a un cuidador de esos con neopreno que estaba buenísimo y que me respondió "Pues a qué va a oler: a delfín". Menudo idiota, quedé como una estúpida).

Contaba la semana pasada el 20 minutos que en Tokio (muy aficionados a las mascotas y muy solitarios) se están poniendo de moda los lugares adonde puedes ir a tomar un café y además recibir el cariño de los gatos que allí trabajan (léelo aquí). Por qué no harán esas cosas aquí? Quizá porque, aparte de que nadie se cree ese tipo de chorradas, a la que se descuiden los camareros cualquiera trataría de guardarse un gato debajo del jersey o en el bolso para llevárselo a casa, como hace casi todo el mundo con las cucharas de postre, los ceniceros o las cadenas de váter... Una movida.

Estoy empezando a pensar en poner un criadero de gatos para rentabilizar mi plan de 'Resucita convertida en Catwoman'. Así, además de asegurarme un glamouroso regreso, me saco unas pelillas. Ni tan mal.

Desayuno de hoy: café con porra (porra!).
Conversación durante el desayuno: deportes preferidos, la complicación de que los enchufes sean no sean iguales en todos los países, teléfonos móviles y fijos, wifi gratis.

martes, 29 de julio de 2008

Genes musicales



Esto es la releche.


Resulta que unos científicos ya han establecido relaciones entre la enfermedad y la música; es decir, que a partir de un grupo de genes de un paciente se desarrolla un mapa musical equivalente, y así cuando no hay problemas la melodía suena armónica y cuando existe algún trastorno, el desorden de la partitura lo revela. Escúchalo aquí.

Qué curioso, me gustaría saber cómo suena la música de mis entresijos.
Raro, seguro.

jueves, 3 de julio de 2008

Paren esto, que yo me bajo

No sé por qué me fascina tanto el asunto de la muerte, en cuanto me despisto estoy volviendo a él. Supongo que como a todos, pero no muchos se atreven a tratarlo de tú...

Hoy hablan en los diarios de la polémica por el suicidio asistido de una anciana en Alemania. La buena mujer no estaba enferma ni sufría dolores, lo único que tenía era una insoportable soledad y un terrible miedo de acabar en una residencia. Pero parece que la soledad puede producir un dolor y un sufrimiento que se asemeje al de una enfermedad hasta el punto de no desear seguir adelante. El caso tiene sus aquellos, porque en realidad no hubiera necesitado asistencia al no estar impedida, de hecho lo hizo ella misma, la historia es que fue asesorada por un abogado activista por el derecho a una muerte digna.

La eutanasia (del griego: 'eu', bien, y 'thánatos', muerte) activa consiste en provocar la muerte indolora del enfermo, a petición de este, cuando sufra enfermedades incurables muy penosas o progresivas y gravemente invalidantes. La eutanasia pasiva, puede revestir dos formas: la abstención terapéutica y la suspensión terapéutica. En el primer caso no se inicia el tratamiento y en el segundo se suspende el ya iniciado, pues se considera que más que prolongar el vivir, prolonga el morir.

Creo en el derecho del hombre a elegir el momento y la causa de su muerte si su sufrimiento hace que la vida realmente no le compense, y que sea asistido si no le resulta posible realizarlo por sí mismo. Siempre me ha sorprendido la gran paradoja de que no permitamos que nuestras mascotas sufran y, más que nos duela, las sacrifiquemos casi sin dudar argumentando que sus existencias pierden el sentido si ya no pueden correr o jugar, pero mantengamos a nuestros semejantes encamados y/o padeciendo dolor durante años, condenados y encadenados a la fuerza a una vida que rechazan expresamente. La religión, las creencias, el miedo y el egoísmo nos hacen ser más compasivos con los animales que con las personas. Bueno, quizá por eso mismo ellos lo merezcan más...

Personalmente no sé si sería capaz de espichar a la carta, me tendría que ver en el caso, pero sí me gustaría que existiera la opción de que alguien me ayudase si lo necesitara y que éste no fuera juzgado como un asesino... Es una putada que la gente que lo solicita, encima de que está luchando por que no les obliguen a quedarse aquí por cojones, salga en la tele y en todas partes, lo que les faltaba... Entiendo que tenga que haber ciertas normas, como recibir asistencia psicológica previa para evaluar la situación y especialmente en previsión de evitar suicidios obligados, pero por lo demás...


Es complicado.

Pero sí, yo también querría mi derecho a poder elegir.


Qué movida.

lunes, 7 de abril de 2008

Caprichos


Durante mucho tiempo quise ser médico, pero al final la vida me llevó por otros derroteros y no lo hice. Ahora no me arrepiento, porque he visto cómo se hace un médico y es infernal, estoy segura de que yo hubiera fenecido en el intento.


Además, mi insaciable curiosidad probablemente me hubiera dirigido hacia el estudio de enfermedades rarunas y casos extremos, o sea, toda la vida más que pringada...

Esta curiosidad básica que me hace husmear buscando rarezas me llevó hasta Abby y BrittanyHensel, un famoso caso de siamesas extremadamente raro: de ombligo para abajo es una persona y para arriba son dos. Lo que las hace excepcionales, aparte de que sólo ha habido cuatro casos iguales (que han sobrevivido al primer año de vida) registrados en la historia de la medicina, es que este tipo de personas si superan la infancia suelen acarrear infinidad de problemas al poseer órganos defectuosos o incompletos, sin embargo ellas gozan de bastante buena salud, practican cantidad de deportes (a pesar de que cada una maneja una mitad del cuerpo tienen una asombrosa coordinación) y llevan una vida normal en la que pueden hacer casi cualquier cosa que haría una persona convencional. Son un auténtico milagro de los caprichos de la naturaleza.


Si lo pienso no sé qué me fascina más, si el punto de vista médico o el psicológico, el emocional. Cómo se plantea uno la vida cuando parte de tu cuerpo es obligadamente compartido? Ellas parecen tenerlo claro, son dos bonitas y simpáticas adolescentes con identidades independientes, cada una tiene sus gustos e intereses propios y diferentes y contemplan como una meta real el casarse y tener hijos. Me encantaría saber más sobre ellas.



Si quieres más:

en.wikipedia.org/wiki/Abigail_and_Brittany_Hensel


Es una suerte que hayan nacido en el momento que les tocó, porque a cada uno le toca lo que le toca y nadie sabe por qué pero, la leche, qué movida.