jueves, 3 de julio de 2008

Paren esto, que yo me bajo

No sé por qué me fascina tanto el asunto de la muerte, en cuanto me despisto estoy volviendo a él. Supongo que como a todos, pero no muchos se atreven a tratarlo de tú...

Hoy hablan en los diarios de la polémica por el suicidio asistido de una anciana en Alemania. La buena mujer no estaba enferma ni sufría dolores, lo único que tenía era una insoportable soledad y un terrible miedo de acabar en una residencia. Pero parece que la soledad puede producir un dolor y un sufrimiento que se asemeje al de una enfermedad hasta el punto de no desear seguir adelante. El caso tiene sus aquellos, porque en realidad no hubiera necesitado asistencia al no estar impedida, de hecho lo hizo ella misma, la historia es que fue asesorada por un abogado activista por el derecho a una muerte digna.

La eutanasia (del griego: 'eu', bien, y 'thánatos', muerte) activa consiste en provocar la muerte indolora del enfermo, a petición de este, cuando sufra enfermedades incurables muy penosas o progresivas y gravemente invalidantes. La eutanasia pasiva, puede revestir dos formas: la abstención terapéutica y la suspensión terapéutica. En el primer caso no se inicia el tratamiento y en el segundo se suspende el ya iniciado, pues se considera que más que prolongar el vivir, prolonga el morir.

Creo en el derecho del hombre a elegir el momento y la causa de su muerte si su sufrimiento hace que la vida realmente no le compense, y que sea asistido si no le resulta posible realizarlo por sí mismo. Siempre me ha sorprendido la gran paradoja de que no permitamos que nuestras mascotas sufran y, más que nos duela, las sacrifiquemos casi sin dudar argumentando que sus existencias pierden el sentido si ya no pueden correr o jugar, pero mantengamos a nuestros semejantes encamados y/o padeciendo dolor durante años, condenados y encadenados a la fuerza a una vida que rechazan expresamente. La religión, las creencias, el miedo y el egoísmo nos hacen ser más compasivos con los animales que con las personas. Bueno, quizá por eso mismo ellos lo merezcan más...

Personalmente no sé si sería capaz de espichar a la carta, me tendría que ver en el caso, pero sí me gustaría que existiera la opción de que alguien me ayudase si lo necesitara y que éste no fuera juzgado como un asesino... Es una putada que la gente que lo solicita, encima de que está luchando por que no les obliguen a quedarse aquí por cojones, salga en la tele y en todas partes, lo que les faltaba... Entiendo que tenga que haber ciertas normas, como recibir asistencia psicológica previa para evaluar la situación y especialmente en previsión de evitar suicidios obligados, pero por lo demás...


Es complicado.

Pero sí, yo también querría mi derecho a poder elegir.


Qué movida.

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